Bania Velásquez




“No hay nada como el amor de una madre hacia sus hijos”

Qué mejores palabras que las que escribió la famosa Agatha Christie para describir lo que siente, vive y disfruta, día a día Bania Velásquez, asistente de gerencia de Besalco MD Montajes; una mamá al 100%, chocha, generosa, jugada, feliz e incondicional con su hijo, a quién llamó Lorenzo (11), que significa ganador o coronado de laureles.

El 2008 se convirtió en mamá, “fue la experiencia más maravillosa que me ha tocado vivir. Soy una agradecida de la vida porque todo lo que me ha pasado, me ha hecho crecer y me ha enseñado que no hay cosas imposibles de alcanzar cuando te guía el amor” explica Velásquez.

Amiga de la naturaleza, amante de los deportes al aire libre, Bania dice compartir mucho de esto con Lorenzo. A menudo, los fines de semana salen de paseo en bicicleta e incluso, viajan a la playa. Tal como ella lo describe “somos un dupla inseparable, hemos hecho de un cuanto hay juntos, hasta clases de karate”.

El deporte, sin lugar a dudas, tiene un sitial importante en la vida de esta mamá a todo terreno y es que no podía ser de otra manera. Su mamá, hoy de 80 años, fue profesora de educación física y jueza de gimnasia rítmica. “Ella me instó a participar en los campeonatos de gimnasia rítmica por mi colegio, me guiaba en las competencias y me soplaba algunos trucos. Ella para mí ha sido un gran apoyo. En marzo próximo dejaremos de vivir juntas, mi deseo es poder ser independiente, será el comienzo de un nuevo desafío”.

Bania es de las fundadoras de la compañía, conoce a toooodos de “capitán a paje” y en este sentido, dice sentirse muy a gusto, porque “cada colaborador es especial, con una calidad humana que hace que nuestro lugar de trabajo sea grato y muy valorado por cada uno de nosotros. Esto creo que es lo más importante en cualquier organización, porque las personas son las que le ponen el sello finalmente. Todo eso, se traduce en querer hacer las cosas bien, te hace sentir más comprometida y cumplir de la mejor manera con las exigencias cotidianas. Soy una persona feliz por el trabajo que tengo, por mi familia y por ese pequeño motor en mi vida que se llama Lorenzo”.